Érase una vez una familia compuesta por 6 miembros, Dalia, Hana,
Amír, Ruh y yo. Vivíamos en Alepo una ciudad de Siria. Amír y yo
todavía estabábamos estudiando, Dalia acababa de nacer y Hana y Ruh
trabajaban en una fábrica.
En Siria estalló la guerra, Alepo por desgracia fue la cuidad más perjudicada, por eso tuvimos que irnos.
Hacía
tiempo que en Siria se hablaba de España y decidimos intentar buscar
refugio allí. Era un camino muy duro, moría mucha gente.Teníamos que
cruzar desde Siria a Adana (turquía), seguimos el camino hasta
Estambul, luego llegamos a Bulgaria, desviamos el camino hasta
Macedonia, llegamos a Albania dónde cogimos un barco destino Italia,
desembarcamos y fuimos dirección Roma, desde Roma continuamos hasta
Mónaco y desde mónaco a Andorra y desde Andorra a Barcelona, dónde nos instalamos.Pasaron 33 días y por fin llegamos a España, les costó mucho
cruzar la frontera pero por suerte lo conseguimos.
A Hana y a
Ruh les resultaba muy difícil emigrar con una niña recién nacida y la
dejaron en Siria con los soldados. Era un viaje muy largo y se hacía más
largo aún en las condiciones que lo hacíamos. Amír tenía 4 años y llevaba
sin comer muchísimo tiempo, puesto que murió de hambre. Ahora solamente
quedábamos 3 y seguía quedando mucho camino hasta la frontera de España.
Cuando llegamos, buscamos un lugar donde fuera difícil vernos y
encontrarnos un cementerio, nos llevamos escondidos allí más de 8 días.
Tiempo
después un barrendero que pasaba por allí consiguió vernos y nos
querían entregar a la policia, una vez más tuvimos suerte y nos
escapamos. Ruh decidió separarse de Hana y de mi por qué creía que
si permanecíamos juntos sería más fácil que nos pillaran. Ruh conoció a un
hombre que le dio trabajo a pesar de que era un emigrante y no tenía
papeles para entrar en España. Hana y yo seguimos buscando un sitio
donde escondernos.
A Ruh le fue muy bien durante los
primeros días, comía, bebía, dormía, ¿que más podía pedir? Pasaron los
días y vieron a Ruh trabajando ilegalmente, con lo cual lo metieron en
la cárcel.
Hana y yo no nos enteramos hasta que vimos un
cartel en el que ponía que habían detenido a un emigrante que trabajaba
ilegalmente para un estafador. Todavía no nos lo podíamos creer . Estuve pensando horas, días, semanas y meses en cómo ayudar a su padre a
salir de allí, hasta que un día se le ocurrió una forma. Por la noche
cuando todos dormían Hana me acompañó a la carcel para explicarle
en qué consistía su plan de huida.
Noches después cavamos un
agujero cerca de la celda donde Ruh se encontraba para que pudiera
escaparse. Ruh no tuvo oportunidad de escaparse hasta que pasaron 2
días, a las 4:00 de la mañana, todos dormían y el, consiguió escaparse y
volver a estar con quienes quedaban de su familia.
Nos fuimos otra vez al cementerio pero esta vez estaba todo muy vigilado y nos tuvimos que esconder mejor.
Lo
que nosotros no sabíamos es que le habíamos echo un gran favor a España,
gracias a Ruh encontraron al estafador que tanto tiempo llevaban
buscando.
Un hombre, pasada víctima del estafador, vio a Hana y
reconoció enseguida que era emigrante, le preguntó a Ruh como había
conseguido escapar de la cárcel. Ellos no le contaron nada.
Días
más tarde, por la mañana salió en los periódicos que habían detenido al
estafador, con el que había estado tratando Ruh. Él lo vio y decidió
salir a La Luz, pensaba que así les podrían firmar los papeles
necesarios para poder estar en España legalmente, y así fue.
Nos llovían entrevistas, micrófonos, cámaras etc.
Pasaron
los días y Hana, Ruh y yo ya estábamos legalmente en España, nos
habían firmado los papeles necesarios por qué gracias a él, España
estaba a salvo de un peligro más.
FIN
-Yo:
- Hana:
- Yo: